Síntomas de la alergia a las pulgas

Consisten en prurito en el vientre, la espalda y las extremidades de las patas, acompañado de lesiones características localizadas en un triángulo dorso-lumbar (cuya base se sitúa en los lomos y la punta hacia la mitad de la espalda).


Se aprecia disminución del pelaje, pelos rotos y sobre coloreados (más visibles en los perros blancos), y piel hinchada que rezuma.



Síntomas de la alergia a las pulgas en los perros






Existen formas mucho más discretas así como una sobreaguda con aparición en pocas horas de una placa supurante, generalmente en el muslo, que el animal se lame y muerde furiosamente.



El veterinario hará un diagnóstico en función de los síntomas existentes y la presencia de pulgas o sus excrementos en el animal o en sus congéneres (menos de la mitad de los casos). Por lo demás, el facultativo podrá recurrir a un test alérgico por intradermorreacción, que no siempre resulta positivo.

Patologias en la cadera del perro

En el perro, la articulación de la cadera puede sufrir lesiones muy diversas que pueden producir una invalidez mayor o menor. Algunas se resuelven con un tratamiento médico, mientras que otras necesitan intervención quirúrgica.
De las diferentes clasificaciones existentes se desprende finalmente que tales lesiones se pueden dividir en dos grandes categorías:


Afecciones traumáticas (luxaciones coxofemorales, fracturas del codio, fracturas del cuello y la cabeza del fémur) ; afecciones no traumáticas (displasia, artrosis primitiva, necrosis aséptica, epifisiolisis).


Tipos de patologias en la cadera del perro


LAS LESIONES TRAUMÁTICAS


En el perro accidentado, el examen clínico del miembro herido se hace sobre los radios óseos y cada una de sus articulaciones. Este examen, generalmente doloroso, debe completarse con un examen neurològico y un examen radiológico que permitirá localizar de forma precisa la fractura o la luxación. A la vista de las radiografías, el veterinario podrá tomar las medidas terapéuticas que se imponen: inmovilización con escayola o, más frecuentemente, reparación quirúrgica. En el tratamiento de las fractura de cadera complejas se aplican técnicas cada vez más modernas, derivadas de la cirugía humana.






LAS LESIONES NO TRAUMÁTICAS


Displasia de la cadera


Las displasias representan el 71% de las lesiones no traumáticas de la cadera. La displasia (también llamada displasia coxofemoral) es una afección hereditaria que se caracteriza por el desarrollo anormal de la articulación coxofemoral, una anomalía que concierne tanto a la forma de la cavidad cotiloidea como a la cabeza femoral. En cuyo caso el juego de la articulación es de mala calidad: los especialistas hablan de mala congruencia articular. La displasia de la cadera es muy frecuente en el pastor alemán y otras razas de tamaño grande, pero también se observa en perros de tamaño mediano y cada vez más a menudo, según parece, en perros pequeños.

Anorexia en perros

La anorexia es, por definición, la pérdida del apetito; la polifagia, por el contrario, es el aumento del apetito.


Causas de la anorexia en perros


Las causas de la anorexia son muchas y variadas. Actúan ya sea inhibiendo la actividad del centro del hambre, ya estimulando la del centro de la saciedad. Se .suelen distinguir dos tipos de anorexia: según su origen, la anorexia puede ser primaria o secundaria.


La anorexia primaria
Directamente relacionada con trastornos de origen neurològico, este tipo de anorexia puede estar asociado con lesiones del sistema nervioso central (tumor, hidrocefalia, traumatismo, edema cerebral, infección) o formar parte de un síndrome psiquiátrico causado por la ansiedad, el estrés o un trastorno del comportamiento alimentario.


Por ultimo, la anorexia primaria puede traducirse en la pérdida de olfato.




La anorexia secundaria


Esta anorexia, caracterizada por la ausencia de lesiones del sistema nervioso central, puede estar relacionada con un dolor (abdominal, torácico, muscular, articular, óseo...), con una lesión abdominal (inflamación, tumor, distensión abdominal), con la acción de productos tóxicos industriales o medicamen¬tosos, con la presencia en la sangre de catabolitos endógenos que inhiben el apetito, así como también con la evolución de enfermedades crónicas endrocrinas o no (diabetes sacarina, insuficiencia renal o cardíaca...). Por último, frecuentemente, la anorexia secundaria va acompañada, de fiebre.

La obesidad en el perro

Si su perro sufre de gordura, es necesario revisar su alimentación, y asegurarse de que sus kilos superfluos no se deben a otros desajustes.


OTRAS CAUSAS


El origen de la obesidad no siempre es la sobreali¬mentación. Hay que tenerlo en cuenta antes de iniciar un régimen. Se estima que un 25% de los perros obesos sufren de hipotiroideas.

Por otra parte, se conoce la tendencia de los animales castrados a ganar peso (las estadísticas muestran que esta tendencia aumenta en las hembras), aunque parece que la esterilización induce a la obesidad solamente por las razones psíquicas que de ella resultan, puesto que las inyecciones de hormonas sexuales en los animales castrados no corrigen el sobrepeso así adquirido.





Por el contrario, las glándulas suprarrenales producen mucho Cortisol, que desarrolla el síndrome de Gushing, caracterizado por un abdomen dilatado, la caída del pelo, y unos músculos fofos. Un animal que presenta estos síntomas, bebe y orina mucho y se sacia difícilmente.



En fin, conviene mencionar la rarísima lesión del hipotálamo (un tumor por ejemplo), centro de la saciedad. Una perturbación de su funcionamiento puede ser responsable de un hambre inmoderada.



Menos convencional y más frecuente, el sobre-consumo alimenticio de origen psicológico entra en lo que se llama la obesidad del estrés. Un perro con buena salud puede volverse bulímico en respuesta al estrés o a un choque psicoafectivo.

Ciertos casos de obesidad se observan igualmente en los perros «víctimas» de un exagerado cariño por parte de su amo, que se traduce en golosinas. Es cierto, que sea el que sea el motivo de la consulta, el veterinario debe tener en cuenta siempre el medio que rodea, psicológica y afectivamente, al perro.



Como vencer la obesidad en el perro



Algunas recomendaciones simples al respecto, suficientes para corregir o para evitar, el sobrepeso, siempre propicio para otras complicaciones:



1. Convencerse del estado de obesidad de su perro y contar todo lo que el animal come durante el día.


2. Reducir en un 20 o 40% el valor energético de su ración (sin disminuir su volumen, pues los nutricionistas han demostrado que el perro acostumbrado a un cierto volumen de alimentos, tiende a mantenerla, incluso si la alimentación es menos energética).


3. Fraccionar la ración a lo largo del día (es mejor darle varias raciones pequeñas a lo largo del día).



4. Utilizar los alimentos preparados del comercio, cuya garantía nutricional es conocida, o mejor aún, los alimentos dietéticos, vendidos por los veterinarios, especiales para vencer la obesidad.



5. Prescindir de las golosinas, muchas veces responsables de las redondeces desgraciadas: la galleta de la mañana, el trocito de queso a mediodía, la pequeña golosina de la noche delante del televisor.



6. Hacer que beba tanta agua como sea posible.



7. Imponerle un ejercicio físico regular.



8. Establecer un programa preciso de adelgazamiento junto con el veterinario que le trata.



9. Comprobar regularmente los progresos obtenidos con ayuda de una balanza y apuntar los resultados en un diagrama.



10. Una vez que se encuentre en forma, mantener un régimen de conservación para evitar una recaída (este régimen será inferior en un 10% a lo que el perro comía antes de estar obeso).



El sentido común de los humanos nos indica que la solución es comer menos. Muchas personas dicen que se sienten bien como son. «¡y tanto mejor si tienen kilos superfluos!»

Nuestros perros no conocen estos estados de ánimo propios de su amo y por lo tanto debemos evitarles los inconvenientes de una sobrealimentación. El único placer que encuentran en comer demasiado es semejante al que podamos encontrar nosotros cuando nos aburrimos.

En casos extremos, la última solución es la hospitalización bajo la vigilancia del veterinario. Todavía no hay balnearios para perros.

Artrosis en los perros

La artrosis es una afección crónica degenerativa que afecta a las articulaciones de las patas delanteras o traseras y a las de la columna vertebral. Según la gravedad del mal, se podrá constatar reducción de la movilidad, anquilosis y hasta bloqueo completo.


La artrosis se llama científicamente osteoartritis crónica o artropatía. Se caracteriza por la degeneración del cartílago articular con una proliferación ósea en el borde de las superficies articulares. Estas excrecencias óseas se llaman «osteofitos». A la altura de la columna vertebral se habla más comúnmente de picos de loro debido a su aspecto radiológico, muy parecido al pico de los psitácidos (familia de la que forman parte los loros).



Causas de la artrosis en los perros


La causa real de la artrosis se desconoce, aunque la afección se deba al envejecimiento normal de la articulación y a los traumatismos inhabituales soportados por el cartílago articular.






La artrosis puede ser primaria o secundaria. La primaria se caracteriza por la ausencia de un factor desencadenante inicial, mientras que la segunda es consecutiva a un episodio agudo de artritis (véase el recuadro). La intervención de la edad parece evidente en el primer caso pues esta forma de artrosis se encuentra muy raramente en los ejemplares jóvenes.



La artrosis también puede aparecer cuando existen malformaciones articulares: así, la evolución de la displasia coxo-femoral conduce ineluctablemente a la formación de osteolitos bien visibles radiológicamente.



Síntomas de la artrosis en los perros



El síntoma más evidente de la artrosis es la cojera que se manifiesta sobre todo en frío cuando el perro se acaba de levantar por ejemplo, y disminuye a medida que el ejercicio calienta la articulación. La artropatía, en efecto, provoca dificultades para molerse y produce un dolor que puede ser más o menos intenso; el examen de la articulación en sus posiciones extremas hará que el animal se queje.



Si el animal es obeso —caso frecuente en el ani¬mal artrósico— la degeneración de la articulación (que soporta un peso excesivo) se efectúa más rápidamente y las manifestaciones clínicas son más precoces: crujidos cuando se mueve la articulación, hi-pertrofia de ésta, musculatura a menudo atrofiada debido a la disminución de la actividad física.



Salvo que la artrosis sea consecuencia de un trau¬matismo localizado, se observa sobre todo en su forma poli articular. Incluso cuando se lleva el animal a la consulta a causa de una molestia en la pata el examen descubre muchas veces la existencia de lesiones en otras articulaciones.

Verificación y vacunación en el cachorro

La verificación no presenta peligros en la actualidad, gracias a los antiparásitos modernos. Puede aplicarse desde la edad de tres semanas pues no hay que olvidar que el cachorro, aunque no haya salido nunca, puede ser portador de parásitos que su madre le haya transmitido durante la gestación.


En cuanto a la vacunación, debe tomar el relevo de los anticuerpos maternos que desaparecen al cabo de la octava semana. Así pues, transcurrido ese período habrá que proceder a la vacunación contra la enfermedad de Carré, la hepatitis de Rubarth y la parvo virosis.


Verificación y vacunación en el cachorro recién nacido


En los lugares que presentan riesgos (establecimientos de cría con numerosos efectivos, por ejemplo) se puede vacunar antes a condición de multiplicar las precauciones. Si las condiciones de vida son mejores se puede esperar perfectamente hasta los dos meses para hacer la primera vacunación.






Los dos primeros meses de la vida del cachorro condicionan realmente su futuro: por eso es tan importante cuidarlo en ese periodo durante el cual se efectúan las intervenciones de «conveniencia» (como la cordectomía o amputación de la cola en las razas cuyo estándar lo exige, y el tatuaje).

El esqueleto del perro

El esqueleto desempeña en el perro, igual que en todos los demás vertebrados, una función de armazón que asegura el indispensable sostén del cuerpo, protege el sistema nervioso y sirve de soporte de la musculatura.


El esqueleto del perro se compone de dos partes principales: el esqueleto de los miembros y el axial.


Las patas traseras y delanteras reúnen 92 huesos del cuerpo. Por su parte, el esqueleto axial comprende el espinazo (50 huesos), el cráneo y el hueso hioides (50 huesos), las costillas y el esternón (34 huesos). Por último, el macho tiene un hueso más, el peniano.


Según la forma que tienen, los huesos se dividen en huesos largos y huesos cortos, sesamoideos, huesos planos y huesos irregulares. Los huesos largos, cortos y sesamoides son los de los cuartos mientras que los huesos planos e irregulares componen el esqueleto axial.







Como esta formado el esqueleto del perro


EL CRÁNEO


El cráneo es la parte más compleja del esqueleto. Alberga el cerebro, los órganos de los sentidos y la glándula endocrina más importante, la hipófisis; a su altura se encuentran las uniones con los dientes, la lengua, la laringe, y muchos músculos, vasos y nervios.


El cráneo se divide en dos partes: una corresponde a la región facial y palatina; la otra a la cavidad craneana. A ellas se añaden otras dos formaciones, la mandíbula inferior y el hueso hioides, es decir, el hueso de la base de la lengua.


LA COLUMNA VERTEBRAL


La del perro se compone de 7 vértebras cervicales, 13 vértebras torácicas, 7 vértebras lumbares, 3 vértebras sacras y de 6 a 20 vértebras cocxígeas. A las 13 vértebras torácicas se articulan 13 pares de costillas, la última de las cuales se llama flotante porque queda libre en el tejido muscular. El esternón está formado por ocho segmentos óseos sobre los que se ar¬ticulan los 9 primeros pares de costillas.



LOS CUARTOS DELANTEROS


Comprenden el hombro, constituido a su vez por el omoplato y la clavícula (rudimentaria en la especie canina), el brazo, formado únicamente por el húmero, el brazuelo, compuesto por el cubito y el radio (a menudo llamado ulna) que se articulan con el húmero por el codo, y, por último, la mano, que está formada por el carpo, metacarpo y las falanges.


LOS CUARTOS TRASEROS


Cada cuarto trasero empieza por una henipelvis constituida por 4 huesos soldados entre sí: el ilion, el isquion, el pubis y el acetábulo.


El muslo está formado por el fémur que se articula a la altura de la rodilla con la tibia y el peroné (también llamado fíbula) que forman la pierna. La rodilla comprende, además, la rótula y tres huesos sesamoideos (fabellae).



La pierna, terminada en el tobillo, se prolonga en el pie, el cual se compone de tarso, metatarso y falanges.