En el perro, la articulación de la cadera puede sufrir lesiones muy diversas que pueden producir una invalidez mayor o menor. Algunas se resuelven con un tratamiento médico, mientras que otras necesitan intervención quirúrgica.
De las diferentes clasificaciones existentes se desprende finalmente que tales lesiones se pueden dividir en dos grandes categorías:
Afecciones traumáticas (luxaciones coxofemorales, fracturas del codio, fracturas del cuello y la cabeza del fémur) ; afecciones no traumáticas (displasia, artrosis primitiva, necrosis aséptica, epifisiolisis).
Tipos de patologias en la cadera del perro
LAS LESIONES TRAUMÁTICAS
En el perro accidentado, el examen clínico del miembro herido se hace sobre los radios óseos y cada una de sus articulaciones. Este examen, generalmente doloroso, debe completarse con un examen neurològico y un examen radiológico que permitirá localizar de forma precisa la fractura o la luxación. A la vista de las radiografías, el veterinario podrá tomar las medidas terapéuticas que se imponen: inmovilización con escayola o, más frecuentemente, reparación quirúrgica. En el tratamiento de las fractura de cadera complejas se aplican técnicas cada vez más modernas, derivadas de la cirugía humana.
LAS LESIONES NO TRAUMÁTICAS
Displasia de la cadera
Las displasias representan el 71% de las lesiones no traumáticas de la cadera. La displasia (también llamada displasia coxofemoral) es una afección hereditaria que se caracteriza por el desarrollo anormal de la articulación coxofemoral, una anomalía que concierne tanto a la forma de la cavidad cotiloidea como a la cabeza femoral. En cuyo caso el juego de la articulación es de mala calidad: los especialistas hablan de mala congruencia articular. La displasia de la cadera es muy frecuente en el pastor alemán y otras razas de tamaño grande, pero también se observa en perros de tamaño mediano y cada vez más a menudo, según parece, en perros pequeños.
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